Este proyecto consistió en renovar la cocina de una pareja joven, situada en un piso céntrico. Aunque no se trata de un espacio que utilicen mucho, ya que ambos trabajan fuera de casa, tenían muy claro que querían sacarle el mayor partido posible, aumentando la capacidad de almacenamiento, su confort y la facilidad de mantenimiento en ciertas tareas del hogar como limpiar, recoger, ordenar…
Partíamos de una cocina bastante desactualizada. Aunque las puertas eran en color blanco, la cocina resultaba un espacio oscuro. Los armarios contaban con poca capacidad interior, y algunos, al ser abiertos, no ofrecían apenas hueco para almacenar. La distribución de los frentes era en «U» y abierta al salón. Una cocina estilo americana de reducidas dimensiones pero que, como veremos, con muchas posibilidades de ser la cocina ideal para esta familia.
El reto en este proyecto era doble. Por un lado, adaptarnos a un espacio bastante reducido, y por otro, aumentar la capacidad de almacenamiento de la cocina de una manera efectiva. Trabajamos en varias vertientes para conseguirlo. Primeramente, dimos un profundo cambio al espacio superponiendo un nuevo suelo y pintando paredes y techo en el mismo color. Así, conseguimos renovar el ambiente y buscar la continuidad de superficies, lo cual, junto con el nuevo sistema de iluminación, transformó la cocina y conseguimos que trasmitiese una mayor sensación de amplitud.
Por su parte, la pareja optó también por aplicar mejoras al salón, pintándolo en un color más claro, lo cual también incide en la sensación de espacio del apartamento, haciéndolo más amplio.
Para el mobiliario empleamos dos colores que funcionan muy bien combinados: laminado blanco brillo y melamina Roble Natura, ambos en el modelo Mediterráneo de Senssia. Como mencionábamos en un post anterior, una de las tendencias que nunca falla es el blanco. Para el tirador, la pareja se decantó por el Asa Ártica, por su ergonomía y diseño, sutil y que pasa casi desapercibido, ya que se fija en el canto superior o inferior del frente del mueble.
Así, los muebles en blanco forman la «ele» que se ve desde fuera de la cocina, lo que confiere claridad y amplitud al espacio. Esta sensación se refuerza con la encimera y los copetes altos, una propuesta también de Senssia, en Compacto color Fénix blanco, a juego con las puertas. Dentro ya de la cocina, tanto el frente que está en la parte abierta al salón como la encimera son en Roble Natura. Este acabado es el que empleamos también para el forro de pared y en el cierre a techo.
Como conclusión, este proyecto ha supuesto un reto del que hemos aprendido muchas cosas. Por un lado, a ir más allá con nuestra creatividad para ofrecer ideas y propuestas que cumplan con las necesidades del cliente. Por otro lado, a pesar de lo reducido del espacio, hemos empleado los materiales y la luz, y por supuesto los muebles adecuados, para conseguir una cocina renovada, con mejores prestaciones en cuanto a calidad, funcionalidad y amplitud.
Este proyecto también nos enseña algo muy importante, y es que a veces, las cocinas pequeñas bien aprovechadas pueden ser también «grandes cocinas» y aunque el espacio sea limitado, pueden lucir un «gran diseño» también.