En esta ocasión hablamos de un proyecto diferente por el estilo que buscaba la familia, encontrándonos una vez más con la necesidad de un espacio común y central en el hogar en el que compartir y disfrutar de momentos en familia.
Este proyecto, realizado en colaboración con Abracadabra Decor, se enmarca en un contexto de reforma de un piso situado en un edificio de estilo antiguo, de ahí que la familia quisiese mantener una continuidad y coherencia en el diseño de la cocina. El espacio es más bien cuadrado, con techos altos y grandes ventanales, unas características que nos recuerdan a los hogares de nuestros mayores en el centro de las ciudades.
Esta familia es de cocinar, de participar todos en los “quehaceres” cotidianos, por lo que necesitaban una distribución adecuada para optimizar espacios, trayectos y zonas para estar. De aquí nace la solución de que la cocina esté abierta a la sala contigua, y la placa de cocción orientada de manera que quién cocine pueda mantener contacto visual e interacción con este espacio.
De esta forma, en esta cocina todo gira en torno a la isla central, apoyada por grandes despensas que solucionan las necesidades de almacenamiento. La isla también se destina a desayunos y tentempiés, con lo que cuenta para ello con una barra para dar soporte a estas necesidades.
Relacionado con la isla, uno de los retos que nos encontramos fue mantener el espacio diáfano y libre, por lo que optamos por la integración de la campana en el techo.
Este es un tipo de electrodoméstico que pasa desapercibido, pues físicamente no ocupa espacio y al tratarse de una isla, no entorpece la visión. Para mejorar todavía más las prestaciones de la cocina, el motor de la campana se disocia de ésta y se coloca al otro lado de la vivienda, con lo cual reducimos el ya de por sí bajo nivel de ruidos.
Ahora que ya hemos repasado la distribución de la cocina y los aspectos más técnicos, hablaremos de los detalles de diseño que la convierten en un proyecto personalizado y único.
Como decíamos, la intención desde el principio fue seguir una línea de diseño en línea con las características arquitectónicas del edificio, una construcción antigua. Por ello seleccionamos el modelo Teide (de Senssia). Se trata de una puerta con marco, sencilla a la par que elegante, una pieza que introduce la nostalgia por los tiempos pasados. Es un modelo de formas suaves que nos recuerda a las clásicas cocinas de nuestras abuelas.
Para el color, aportamos al cliente una solución personalizada en laca mate. El tono fue seleccionado directamente sobre carta NCS, igualando exactamente al de la carpintería del resto de la casa, muy parecido a un blanco roto. De esta manera, la coherencia formal y estética entre cocina, vivienda y edificio quedaba perfectamente patente.
Entre otros detalles de la cocina mencionamos el espesor de la encimera, en Silestone de 2cm, muy en la línea de las tendencias actuales. Una pieza ligera, limpia y que favorece junto con las puertas la luminosidad del espacio. Como elemento casi emblemático de la cocina está el fregadero, que introduce un pequeño guiño al estilo rústico, combinado con un grifo en inox monomando y un dispensador de jabón.
Como en tantas otras ocasiones, toca reflexionar sobre el valor aportado a esta familia. Renovar un espacio no sólo se trata de amueblar, sino de facilitar que en éste se produzcan momentos y situaciones, de darle vida, en definitiva. En este caso, la renovación proporciona a esta familia un entorno del que todos pueden participar.
Una cocina cómoda, con sensación de amplitud, luminosidad y armonía con el resto de la vivienda.