Un equilibrio perfecto entre materiales nobles, acabados cuidados, atención cercana y un diseño pensado para disfrutar cada momento.
Así describe esta familia el nuevo espacio que late en el corazón de su hogar, un lugar donde las recetas se mezclan con risas, conversaciones y el aroma del café por la mañana.
Para este proyecto, en Kitchen in reinterpretamos el estilo clásico para una cocina abierta al salón, con materiales nobles, tecnología actual y soluciones a medida.
Calidez, detalle y personalidad: un proyecto con alma
Cuando esta familia imaginó su hogar definitivo, lo hizo con una premisa clara: querían una cocina que les hiciera felices. Un espacio en el que el diseño conviviera con la practicidad, donde las comidas cotidianas se sintieran especiales y las celebraciones fueran memorables.
El resultado no les dejó lugar a dudas: «Nos encanta cómo ha quedado. Los materiales, los acabados, el diseño y la atención recibida han superado nuestras expectativas.»
En este proyecto, lo clásico se viste de actualidad, y lo funcional se convierte en placer cotidiano. Una combinación que responde a las necesidades prácticas de la familia y alimenta su manera de vivir el hogar: con calidez, equilibrio y un toque de distinción.
El reto: conservar el alma, vestirla de presente
¿Cómo mantener la esencia atemporal del estilo clásico y adaptarla al modo de vida actual?
La respuesta estuvo en escuchar a esta familia: gustos, hábitos y costumbres… desde el desayuno temprano hasta esas sobremesas que se alargan sin mirar el reloj.
El trabajo consistió en traducir todo ello en un espacio que respirara equilibrio y personalidad. El resultado: una cocina clásica, sí, pero también moderna, inteligente y cercana, capaz de acompañar la vida familiar de hoy sin perder el encanto de siempre.
Distribución abierta: el corazón que conecta espacio
Concebimos la cocina como el epicentro de la vivienda, un espacio que dialoga con el comedor y el salón. La gran isla central, vestida con el modelo Mediterráneo en madera natural, es mucho más que un elemento arquitectónico: es el anfitrión de desayunos tranquilos, conversaciones en pareja y aperitivos improvisados con amigos.
A su alrededor, el mobiliario responde con precisión: columnas de almacenamiento en modelo Everest acabado papiro, que aportan serenidad y capacidad; y una zona de cocción y fregadero perfectamente integradas.
Esta disposición favorece que todo fluya. Hay espacio para cocinar mientras los niños dibujan en la barra, para disfrutar cocinando sin perder de vista las risas y charlas que surgen alrededor, o para convertir la isla en improvisada mesa de buffet en una celebración familiar. Aquí, cada metro está pensado para invitar a quedarse.
Materiales que hablan de belleza y resistencia
Cada elección de material ha sido pensada para contar una historia. En la isla central, el Dekton Laurent despliega su fondo oscuro con vetas doradas, llenando el espacio de sofisticación. En contraste, la zona de cocción y fregadero se reviste con Dekton Entzo, más claro y luminoso, que aporta serenidad.
El fregadero de cobre Veravent introduce un guiño de exclusividad y calidez, mientras que la barra de madera maciza es perfecta para comidas informales o charlas con los más pequeños mientras se hornea un bizcocho.
Rematan el conjunto el grifo y tiradores en negro, detalle contemporáneo que une diseño y funcionalidad. Más allá de la estética, cada elemento ha sido elegido por su resistencia y facilidad de mantenimiento, para que la cocina conserve su belleza intacta con el paso de los años.
Tecnología discreta, vida más fácil
La estética y la funcionalidad se complementan. Los electrodomésticos AEG, seleccionados por su diseño sobrio y prestaciones avanzadas, facilitan el día a día. El frigorífico de cuatro puertas organiza y conserva con precisión, mientras la campana integrada Frecan asegura ventilación impecable sin romper la armonía visual.
Un espacio que cuenta quién eres
El resultado final es un espacio acogedor, práctico y sofisticado. Una cocina para saborear el día a día, improvisar meriendas o preparar cenas con amigos sin dejar de conversar.
Para esta familia, más que una reforma, ha sido la creación de un nuevo punto de encuentro: el lugar donde se apagan las prisas y se encienden los momentos que importan. Aquí cada comida es un pretexto para reunirse, cada sobremesa una excusa para alargar la conversación y cada receta un capítulo más de su historia.
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